El quipo de sonido es simple pero en este caso suficiente, una etapa de potencia de 400 watios, un cable minijack a RCA estéreo y 3 altavoces ubicados en el pasillo y en la estancia principal.
Mi trabajo creativo se ha centrado en la idea de larvas energéticas, descritas por Asier Etxeandía, y son una serie de piezas sonoras basadas, en grabaciones reales de agua, filtradas y ecualizadas de forma que se convierten las gotas en punzantes notas agudas, además de una serie de distorsiones sobre pasos y golpes a un suelo de madera.
Por debajo una capa generada con un instrumento virtual de Omnisphere realiza la tarea final de aglutinar esas larvas.
Agradezco el cariño y la profesionalidad de todos-as los participantes en este viaje.