Acaba mi tarea como profesor en el Taller de Cableado del Centro de Tecnología del Espectáculo. Es una asignatura en la que los alumnos de las ramas de iluminación y sonido deben configurar una instalación desde cero, montando sus cajetines con los automáticos y definiendo las fases de la acometida eléctrica, para después montar los aparatos necesarios para la iluminación y el sonido de una hipotética actuación, que en este caso me coloca dentro del escenario con mi guitarra eléctrica y mi ordenador.
Este tipo de simulaciones de «realidad» son fundamentales y muy prácticas dentro de un curso muy extenso que a lo largo de 18 meses forma a los técnicos del presente y del futuro. Y yo soy muy feliz por participar en ello.